Windows Vista falló claramente a la hora de sustituir a Windows XP como sistema operativo favorito de empresas y usuarios, y ha tenido que ser Windows 7 quien está logrando hacerse con el trono. El reparto del mercado lo indica claramente. Desde julio de 2011 hasta finales de mayo 2012, Windows XP ha reducido su cuota de mercado desde casi el 53 por ciento a un poco menos del 45 por ciento, según NetMarketShare. Una bajada de ocho puntos que, por otro lado, era de esperar. A su vez, Windows 7 ha trepado desde el 29,6 por ciento al 40,5 por ciento a inicios de este mes de junio. Menos de cinco puntos separan a ambos sistemas operativos.
Windows Vista se pierde simplemente en el paisaje, porque tiene que conformarse con un escaso 6,8 por ciento, y bajando. Sólo hay que recordar que en julio de 2011, la cuota de Windows Vista estaba justo por debajo del 10 por ciento, y desde entonces ha cedido casi tres puntos, según NetMarketShare. Las cifras de ventas de Windows 7 están siendo más que positivas y mantienen contentos a los de Redmond. Por eso, Steve Guggenheimer, jefe de ventas para el área OEM de Microsoft, recientemente anunciaba con satisfacción que el operativo lleva vendidos 600 millones de licencias a nivel mundial. Hace menos de un año se habían vendido sólo 400 millones de licencias, y para enero de 2012, la cifra alcanzaba ya los 525 millones.
Ballmer también está contento. Sus previsiones se están cumpliendo, y sabe que para finales de año, Windows 7 podría colocar en los ordenadores hasta 350 millones de copias más, lo que significaría rozar con la punta de los dedos la cifra de los 1.000 millones de copias vendidas desde su lanzamiento. Todo esto sucede en un escenario marcado por la próxima aparición del nuevo sistema operativo, Windows 8, previsto para octubre de este año. Los ejecutivos de Redmond saben que W8 no va a robar el puesto de sistema operativo más vendido de la historia a la versión 7. Es preciso reconocer que en los últimos meses han recibido una buena ayuda por parte del mercado empresarial, cuyas ventas han crecido de forma continuada.
Windows XP se está obsoleto, y sobre sus costillas pesa más de una década de fieles servicios. Microsoft también está haciendo todo lo posible para forzar el cambio tecnológico y es por eso cesará el soporte técnico para Windows XP el día 8 abril de 2014, cuando el software cumpla doce años y medio, lo cual no parece importar demasiado a muchos clientes empresariales si no fuera porque ello lleva aparejado además el fin en las actualizaciones de seguridad. Cada vez más expertos recomiendan a sus clientes que abandonen XP, aunque desaconsejan dar el salto directo a Windows 8 cuando salga a la venta. Antes recomiendan un tranquilo paseo por Window 7 para evitar problemas de adaptación. Una gran corporación puede tardar hasta 32 meses en completar una migración.
fuente.tuexperto