Recientemente ha surgido un partido político sueco, denominado Partido Pirata, el cual nace como respuesta al acoso de la industria de derechos de autor. Aboga por limitar el copyright a todos los niveles, estando a favor de poder intercambiar la información de manera libre a través de Internet. Son unas ideas que, en principio, suenan realmente atractivas y que la mayoría de nosotros apoyaríamos, pero ha surgido un opositor inesperado y hasta cierto punto chocante. Se trata de las voces autorizadas que defienden el copyleft, que se posicionan en contra de esta idea, ya estiman que jugaría más en contra que a favor de las personas que se dedican a hacer software con libertad de copia.
La reducción que propone el Partido Pirata es referente al tiempo de duración de los derechos de copyright, pasando a tener una vigencia de cinco años, después de los cuales, pasarían a ser de Dominio Público. Estas ideas, como era de suponer, también han provocado la contrariedad por parte de las industrias musicales, informáticas y de los medios audiovisuales. Pero lo que más llama la atención es que Richard Stallman, conocido gurú mundial propulsor del software libre, también se ha posicionado en contra de esta propuesta.
Éste ha manifestado que si esas ideas se llevaran a cabo, el software libre y todo el copyleft por extensión, se verían muy afectados, ya que se primaría a los autores de software privado, es decir, el comercial y cerrado a los demás. Esto ocurriría así porque los desarrolladores con copyright podrían beneficiarse del conocimiento libre y copyleft, que ya esté creado o se cree en el futuro, pues según las ideas del Partido Pirata, las licencias copyleft estarían obsoletas, y pretenden que dejen de tener vigencia próximamente.
Por explicarlo con un ejemplo. Un programador que de código libre, que publica las fuentes de su software para conocimiento de cualquier persona, a los cinco años perdería el derecho sobre su creación. Así pues, cualquier persona, tanto los que programan código libre como para los de código cerrado, después de esos cinco años podrían utilizar libremente cualquier código publicado. Eso no ocurre con las creaciones con copyright, puesto que no se publican las fuentes de los programas y, a pesar que el software se pudiese utilizar libremente a los cinco años, nadie conocería su código y no se podría utilizar como base para hacer nuevo software.
Con todo esto ocurriría que las ventajas de las licencias copyleft se vendría abajo y por eso este tipo de licencia quedaría obsoleta. Hay que recordar que las licencias copyleft que engloban entre otras, las conocidas Creative Commons y las GPL o Licencia General Pública, están en el lado opuesto a las tradicionales y restrictivas licencias copyright, y abogan por la libre copia y distribución de la cultura y la información, además de ofrecen la posibilidad de poder hacer modificaciones y mejoras sobre las obras y trabajos originales, manteniendo eso si, la licencia copyleft escogida por el autor o el artista originalmente en los trabajos derivados. Con las ideas del Partido Pirata ocurriría que, a los cinco años de la publicación de un software copyleft, éste ya no tuviera derechos de autor, y los creadores con copyright podrían crear obras derivadas sin estar obligados a que esos nuevos trabajos estuvieran licenciados como copyleft.
Para el creador de la primera licencia copyleft y los que defendemos esta forma de licenciar los trabajos y las obras, la gran diferencia estriba en el compromiso que conlleva el copyleft al publicar las obras de forma abierta a los demás, impidiendo así el que la gente se pueda lucrar con trabajos de otros sin permiso de los autores. Sin embargo, aunque el copyright acabara a los cinco años, no obligarían al creador a liberar el código fuente de sus trabajos, incluso puede que se publicasen nuevas versiones de los mismos, para tener una nueva duración de esos cinco años.
Cualquier persona juzgará injusto que los autores de programas sin libertad de copia puedan usar el código abierto y no ocurra al revés. Esto produciría una fuente de ventajas en un solo sentido, que no beneficia más que a la industria del copyrigh -a unos pocos, para que así puedan ganar mucho más dinero-, ya que además de todo podrían utilizar y vender conocimiento libre, que esta bajo copyleft. Por todo ello Richard Stallman se opone a esta propuesta sueca del Partido Pirata, en defensa del conocimiento libre, que se distribuye y crea bajo licencias copyleft. Así mismo, anuncia que apoyaría una hipotética ley que propusiera licenciar los trabajos bajo una Licencia General Pública, que dejara el código fuente libre y abierto al Dominio Público al cabo de cinco años, siempre y cuando tuviera el mismo efecto sobre todos los propietarios del código fuente