SEO, Search Engine Optimization o, directamente, el posicionamiento en buscadores es una técnica que tendrás que aprender a dominar si no quieres que tu página web quede enterrada en el fondo de ese mar de contenidos que circulan por Internet.
Armar una web maja, plagada de páginas que han sido construidas con cabeza, y algo de gusto, y que cuenten historias interesantes para los internautas. O que sean útiles, seguras, rápidas e innovadoras dentro del sector del negocio al que representan. Eso es lo que grandes potencias de Internet como Google intentan conseguir al configurar sus sistemas de búsqueda. De hecho, la compañía de la G ha actualizado hace unos días su algoritmo Panda, que ya va por la versión número 4.0 y que hunde en los resultados a quienes no cumplen con unos requisitos de calidad mínimos o ansían visitas a toda costa. Obviamente, nombramos a Google antes que a otros rivales porque en cuestión de motores de búsqueda es un líder consolidado, dominando el 68,65% del mercado de sobremesa por delante de Baidu, Yahoo!, Bing y compañía. En el apartado móvil su dominio es incluso más evidente, con un 90,97%, según las estadísticas de NetApplications para el pasado mes de abril.
Por fortuna existen profesionales que te pueden ayudar en la aventura SEO (Search Engine Optimization) a cumplir con lo deseado por buscadores y usuarios, hasta posicionar tu sitio en un buen lugar. Pero si no puedes permitirte contratar a un experto, también existen una serie de trucos que te ayudarán a hacer visible esa web que tanto necesitas para seguir creciendo, ya que te sirve de escaparate para el mundo. En Silicon News os dejamos cinco pistas:
1. El contenido lo es todo. O casi todo. Así que, antes de nada, preocúpate de crear contenido de calidad que dé valor a tu página web. Huye de textos redactados con prisa o demasiado breves, incluye fotografías y vídeos cuando el tema lo exija y otorga originalidad a tus planteamientos. La reputación desde el punto de vista de los buscadores suele estar ligada a la propia imagen que proyectas a aquellas personas que se relacionan con tu página. Y a lo comprometido que estés con la causa. Así, si gestionas un blog en el que compartes consejos, secretos y los conocimientos acumulados por tu experiencia en un campo temático determinado, posicionarás mejor que colgando una página web donde apenas figuran un par de datos de contacto, como la dirección y el teléfono de tu empresa. Desarrolla creaciones propias, vincula los textos con la relación de palabras clave que quieres que te definan y sé riguroso a la hora de escribir. ¿Qué quiere decir esto? Pues que si posees un negocio de moda, por ejemplo, no tendría sentido hablar sobre política o sobre viajes, a no ser que te refieras al estilismo de los políticos y de los turistas según la ocasión.
2. EL HTML no se queda atrás. Nunca olvides que el contenido final que incorporas a tu web es fundamental para volverte visible a los ojos de los demás y ganarte su aprecio. Pero tampoco subestimes la importancia del lenguaje de marcado HTML cuando lo que intentas es ganar posiciones en los distintos motores de búsqueda. Y es que, después de todo, estamos hablando del mundillo online. A la hora de programar el funcionamiento de las páginas existen una serie de elementos que no conviene descuidar porque son detalles clave que, “a posteriori”, sirven para comunicarse con los buscadores y para que éstos entiendan qué es lo que tú consideras importante y qué otras cosas se catalogan como secundarias en tu escala de valores. Vigila que el título de cada una de las páginas que componen tu web sea único y las definan realmente. Asegúrate de que las meta descripciones de esas mismas páginas, esto es, esos textos que suelen acompañar a la URL en las listas de resultados de búsqueda y tienen potencial para atrapar visitas, son las correctas y no te has dejado ninguna por el camino. Revisa que los cabeceros h1, h2, h3 y demás encierran contenido en orden de importancia. Y apúntate a los datos estructurados con sus elementos correspondientes para facilitarle la vida a los robots que indexan tus contenidos.
3. Hazle caso a los buscadores. Los responsables de los motores de búsquedas son los que, a fin de cuentas, deciden qué técnicas son lícitas para posicionar una página web en su rebuscado interior. Es por eso que no debes contradecirles. Si aplican cambios en sus algoritmos que en un primer momento, al salir a la calle, te perjudican, no te queda otra que cambiar tus técnicas de posicionamiento. Si te aconsejan proceder de una determinada manera para ser exitoso, apunta su receta sin pensártelo dos veces y ten paciencia. Los factores que determinan un buen SEO se cuentan por decenas y no existe un remedio milagroso que vaya a aupar a tu marca al primer lugar en una búsqueda genérica sin muchísimo trabajo de por medio. Lo que sí hay son unos principios básicos para mejorar puestos en el ranking y empezar a destacar entre la competencia: no publiques contenidos duplicados, usa URLs con las palabras clave del contenido de cada página, crea un mapa de la web fácilmente indexable, consigue que tu web cargue lo más rápido posible, utiliza breadcrumbs, etc. Tampoco estará de más aplicar un poquito de sentido común.
4. Analiza tus datos. Avanzar hacia el control absoluto del posicionamiento web es una mera cuestión de ir probando tácticas y de superarse continuamente, gracias a la experiencia que se va acumulando días tras día. Para que tu particular sistema de “prueba y error” sea totalmente eficaz, tienes que llevar un seguimiento exhaustivo del efecto que provocan tus decisiones SEO y anotar cuáles funcionan. Y, por supuesto, identificar cuáles no. El SEO puede parecer un truco de magia, pero en realidad es toda una ciencia con fundamento. La cantidad de datos que es posible extraer de la actividad generada dentro de tu páginas web, y también en las propias páginas de resultados de los distintos buscadores, es enorme. Por eso deberías utilizar herramientas especializadas en monitorizar aciertos y errores, como las Google Webmaster Tools, Microsoft SEO Toolkit, las herramientas de Moz y demás opciones similares que están disponibles en el mercado. Eso sin dejarte en el tintero al siempre socorrido Google Analytics y las estadísticas de tráfico de tu sitio web. Con toda esta información de tu lado será más fácil introducir cambios con la seguridad de saber que son acertados y te reportarán visitas que hasta entonces estabas perdiendo.
5. No hagas trampas. O lo que es lo mismo, evita caer en técnicas que ayudan a posicionarte pero que corren el riesgo de ser penalizadas en el futuro por los motores de búsqueda. Es decir, atajos que te aúpan rápidamente o acciones de SEO demasiado violentas. Por muy tentadora que resulte la recompensa de esta especie de trucos facilones a corto plazo, debes resistirte. Si un buscador acaba sancionando tu forma de colarte en puestos de cabeza, no sólo perderás posiciones de la noche a la mañana en la clasificación general de sus resultados de búsqueda, sino que también habrás malgastado un precioso tiempo que, bien aprovechado, te habría permitido llegar al mismo lugar y solidificar buenos cimientos. Además, dejarse atrapar por las garras del denominado “Black Hat SEO” significa entrar en un mundo oscuro del que es difícil volver. Un mundo plagado de enlaces que apuntan a tu web pero son fraudulentos o puro spam, de anuncios y banners por doquier, de contenido que no te pertenece y que sólo usas para multiplicar el tráfico, de texto oculto con el que indexar más palabras clave que no existen a ojos de los demás y de trampas similares que intentan engañar a la máquina y se olvidan del usuario, algo que te desaconsejamos.
fuente.siliconnews