Como poner a prueba la creatividad cuando el dinero no alcanza..
Se acerca el final de mes o la fecha de vencimiento de nuestras obligaciones bancarias o comerciales y estamos en saldo negativo en nuestras cuentas, ese el momento en que pensamos que hemos desperdiciado mucho tiempo en atención a hacer o comprar cosas superfluas en vez de hacer algo más productivo para poder lograr un colchón financiero como lo tienen personas que siempre piensas en emprender nuevas actividades en paralelo a las que ya tienen, o dejan de realizar las que tienen desechándolas por ser improductivas y buscan renovar su portafolio, cartera de clientes o se cambian de su trabajo asalariado a uno mejor.
Es sorprendente pero hay personas que si no tienen un empleo formar asalariado no conocen otra forma de obtener ingresos para cumplir con el pago de sus cuentas y es que hay muchas formas de lograr llegar a fin de mes con saldo positivo si ponemos un poco de empeño al respecto.
Los entendidos en la materia, comienzan por aconsejar miran alrededor de nuestro propio hogar, y hacernos la pregunta: ¿Qué cosas veo que no uso o no necesito? , nos daremos cuenta al instante que gran cantidad de las veces hemos sido presas de impulsos consumistas que nos llevan a comprar cosas innecesarias que hasta puede que aún estén en sus cajas sin abrir o han sido abiertas solo para probar el producto y lo único que hacen es acumular polvo y estorbaren alguna habitación.
Bingo!, ya tenemos de donde obtener ingresos, podemos hacer una lista de cosas que publicar en sitios de venta de cosas usadas en internet, y recuperar algo de dinero por cosas que como ya hemos dicho son se han convertido más en un problema de acumulación de polvo que un ítem usable y necesario.
Pero esta no es la única alternativa, los entendidos en la materia aconseja desde encontrar un trabajo temporal hasta ubicar nuestros talentos esos que no hemos desarrollados, ponerlos a prueba y encontrar el éxito en nuestro cometido.
#Economía: Consejos para invertir y ganar
Ahora que la sociedad ha comenzado a adaptarse a una nueva era, mucho más móvil, más conectada, más inteligente, más social y más virtualizada, y que algunas empresas podrían estar viendo síntomas de recuperación en sus economías particulares, puede ser el momento de invocar a la bonanza financiera e invertir en startups innovadoras. A ellas se les ayuda a avanzar cuando todavía no son capaces de generar facturación, pero sí ideas que enriquecen el mundo. Y a la firma inversora le sirve para aumentar su patrimonio y sus propias posibilidades de crecimiento. Del mismo modo que una adquisición bien gestionada del 100% de los activos de otra compañía puede convertirse en el revulsivo que marque la diferencia frente al resto de adversarios, siempre y cuando se haga con cabeza y siguiendo las pautas que os contamos en su día, las cesiones de dinero a cambio de participaciones algo más discretas en el accionariado pueden convertirse en la apuesta de futuro perfecta.
Con crisis o sin crisis económica, si eres de los que está buscando revalorizar su dinero ya mismo a través de una inversión en empresas tecnológicas emergentes, toma nota de los siguientes consejos para encontrar a tu media naranja y maximizar el potencial de vuestra alianza:
1. Quien no arriesga no gana, pero todo riesgo puede salir mal. La regla de oro para acometer una inversión es lanzarse a la aventura solamente si te puedes permitir el lujo de perder el dinero que vas a destinar. O al menos si sabes que su pérdida no supondrá un agujero difícil de tapar. Un negocio puede tener muy buena pinta, estar conformado por un cuadro humano genial, comenzar con las ideas claras, cuadrarle todas las cuentas y, al final, fallarle ese factor suerte que todos necesitamos alguna vez para cumplir nuestros sueños. El trabajo duro suele ser correspondido, pero nunca se sabe qué puede pasar, así que tenlo en cuenta antes de acabar lamentándote. Una clave para llamar al éxito es contener la inversión hasta tener una hoja de ruta en la mano. Estudia el mercado en el que quieres entrar y preocúpate por entender su particularidades. Analiza desde el panorama global hasta la situación local, conoce a otros inversores, aprende de sus éxitos y sus fracasos y nunca, nunca, te dejes llevar por meras promesas de rentabilidad o palabras vacías de CEOs sobre resultados inmediatos.
2. ¿Cuál es su historia? A la hora de planificar tu hoja de ruta será fundamental investigar la historia de la startup concreta sobre la que has puesto el ojo. ¡O startups! Ponte en contacto con sus fundadores y pídeles toda la información que consideres necesaria para tomar tu decisión. Ya sea su plan de empresa o su resumen ejecutivo, sus currículos y sus métricas. Es evidente que no puedes actuar sin analizar previamente hasta el último detalle de los números que maneja tu objeto del deseo en la actualidad, sus gastos, el reparto de su presupuesto y sus posibilidades de crecimiento. Y hasta consultar con tu equipo de confianza si esas posibilidades son factibles o están infladas. Esto es básico. Pero también te recomendamos que vayas más allá de las cifras y hagas un poco de indagación imaginativa. Entérate de a qué concursos han presentado sus creadores esa idea de negocio y cuáles han ganado. ¿Qué otros inversores han confiado en ellos? ¿Quiénes le han dado dinero? ¿Quiénes no? Alguien tendrá que ser el primero en invertir, pero si una empresa lleva meses y meses en busca de financiación y nadie se la ha concedido, quizás sea una señal para pensárselo dos veces.
3. ¿Quién es su líder? Las ideas por sí solas no salen a flote. Que detrás de ella haya un líder decidido, carismático y formado, que sepa lo que hace, siempre es un grado. Tras el contacto inicial, tendrás que concertar una entrevista con el equipo directivo de la empresa que hayas seleccionado para plantear una inversión y sumar más argumentos antes de decidir qué hacer. No tengas miedo a lanzar preguntas. Prepárate a fondo el encuentro y emplea todo el tiempo que consideres oportuno para saciar tu curiosidad. El encuentro en persona puede resultar decisivo, ya que al final también entran en juego las impresiones. Invertir también es una cuestión de sensaciones. Teniendo a la otra persona frente a frente puedes despejar muchas dudas, comprender mejor su espíritu empresarial o, quizás, tener un pálpito cargado de buenas vibraciones que te anime a dar un paso adelante. Además, al tratar con empresas jóvenes que aún no están facturando ingentes cantidades, lo importante serán las personas. Un equipo comprometido con su empresa, con ganas de crecer, que trabaje bien, con personalidades conciliadoras y que sepa amoldarse a los virajes del mercado es una garantía. Podrías hacerle una visita a su oficina y ver cómo se organizan.
4. Más allá de las personas. Con el (suponemos corto) bagaje de la empresa que te ha llamado la atención ya estudiado como si fuera el tuyo propio, sus galardones haciendo presión y la visión sobre su equipo bien grabada en la retina, la tecnología que sustenta todo su entramado es otro elemento que debes añadir a la mezcla para asegurarte de que te encuentras de forma inequívoca ante la startup por la que quieres apostar. Ésta debería tener algo más que buenas intenciones. Debe haber sondeado bien el mercado y, en caso de que ya exista otra gente intentando sacar adelante un proyecto similar, haber encontrado un punto diferenciador que le permita superar a la competencia a medida que se vaya haciendo un nombre. También tiene que trascender las modas pasajeras y ser capaz de perdurar en el tiempo, e incluso fuera de nuestras fronteras. La cuestión de las patentes de tecnología en España no está tan desarrollada como en los Estados Unido, por ejemplo, especialmente cuando hablamos de invenciones de software. Pero eso no quiere decir que sea imposible registrar. Infórmate de si hay posibilidades de patentar la tecnología en la que estás a punto de invertir, ya que se trata de un plus que pondrá su valor en alza.
5. Diversifica, diversifica, diversifica. Si sólo sondeas empresas para invertir que se dediquen a tu misma área de actividad, porque es el ambiente que controlas, en el que te sientes más cómodo a la hora de negociar y el que realmente crees que más te puede ayudar a crecer en el futuro, no sólo perderás la oportunidad de conocer proyecto asombrosos, sino que estarás limitando tu propio potencial de expansión. No conviene poner todos los huevos en la misma cesta. Una de las desventajas de centrarse en un único tipo de empresas es que, si de repente cambia el interés de los consumidores o aparece un gigante que devora una parte amplia del mercado, no tendrás capacidad de reacción y perderás dinero. Ir siempre en la misma dirección no es inteligente, así que cambia el chip y no tengas miedo a lo desconocido. En el momento de invertir, busca lo novedoso. Piensa en diversificar tu negocio, a nivel de temática y de cantidad. Si tienes suficiente dinero para repartirlo entre una docena de proyectos, y consideras que todos ellos son interesantes, hazlo. Quizás once de esas doce compañías salgan rana y la otra sea el “boom” que te compense por todas ellas.
fuente.siliconnews
Internet ya representa casi el 5% de la economía de eeuu
En la Unión Europea, la cifra se queda en el 3,8%, y se espera que la tasa de crecimiento mundial sea del 10,8%.
Que Internet es cada vez más importante en las economías mundiales es algo evidente, y un nuevo estudio ofrece cifras para confirmarlo. Se trata de un informe publicado por el Boston Consulting Group, que analiza qué papel tiene la red en las economías de los países del G-20. La media es ya del 4,1%, y se espera que crezca a un ritmo del 10,8% cada año.
Por supuesto, los datos de cada país son distintos. En la Unión Europea, por ejemplo, Internet supone tan solo un 3,8% de la economía, mientras que en Estados Unidos supone ya el 4,7%. Eso sí, las cosas cambiarán en tan solo cuatro años: según el estudio, en 2016 la tasa habrá alcanzado el 5,7% en la Unión Europea, mientras que en Estados Unidos estarán todavía en el 5,4%.
¿En qué economías tiene y tendrá más importancia Internet? El top 3 coincide tanto para 2012 como para 2016: Reino Unido en primer puesto (con un 8,3% en la actualidad y un 12,4% en 2016), Corea del Sur en el segundo (7,3% en 2012, 8% en 2016), y China en el tercero (5,5% ahora, 6,9% en 2012).
El estudio también detecta dos tendencias principales en las tasas de crecimiento: este será mucho más lento en países desarrollados, mientras que en los llamados países en vías de desarrollo, se acelerará. En Argentina, por ejemplo, se crecerá a un ritmo del 24% cada año, mientras que India lo hará al 23%, según recoge Mashable. Eso sí, el estudio no mide actividades como la compra offline tras una investigación online, algo que subiría el porcentaje del impacto de Internet en las economías.
fuente.itespresso